“En estos momentos de incertidumbre, resulta imprescindible crear entornos laborales sostenibles y saludables. La distribución del espacio y el mobiliario, o la forma de organizar el trabajo, influye en un entorno donde, junto a aspectos como el agua, la iluminación, el movimiento, el confort térmico, los materiales, la calidad del aire, la mente o la comunidad, juegan un papel fundamental.
De hecho, un nulo o mal tratamiento del mismo puede afectar muy negativamente a la salud de los trabajadores”